
Free Fight
Este 4 de agosto
la pelea coestelar del evento UFC on Fox
4 es una guerra en peso semipesado entre el brasileño Lyoto Machida (17-3) y Ryan Bader
(15-2), un combate que enfrenta a dos escuelas diferentes, el karate y la
lucha olímpica.
Además de esa interrogante sobre quién de los dos trae
mejores herramientas a la pelea, ante nosotros tenemos a dos peleadores que se
encuentran en momentos distintos en sus respectivas carreras. Machida, un
excampeón con aspiraciones de regresar a la cima de la división; Bader el joven
que una vez fue un gran prospecto y que poco a poco quiere buscar su
oportunidad por el cinturón que posee el fenómeno Jon “Bones” Jones.
La experiencia, sin duda, está del lado del sudamericano,
por lo que Bader tendrá que demostrar dentro del octágono que aún puede
encaminarse y echar a andar hacia la cima del peso semicompleto.
Antes del duelo entre “Bones” Jones y Bader el 5 de
febrero del 2011, en el UFC 126,
ellos 2 eran considerados los mejores prospectos de la división y,
precisamente, esa noche les cambió el destino a cada uno.
Jones salió triunfador por sumisión en el segundo asalto
y, aún con el sudor fresco en su rostro, Dana White le dijo que si quería ser
el siguiente retador de Mauricio
“Shogun” Rua. Por supuesto dijo sí y el resto es historia. Jones derrotó al
brasileño y se convirtió en el campeón más joven en historia del UFC.
Para Bader, las campanas han sonado de manera diferente.
La derrota ante Jones no fue algo que hubiese atrasado su carrera mucho. Al fin
y al cabo, el actual campeón semipesado es un fenómeno en este deporte de las Artes Marciales Mixtas (MMA por sus
siglas en inglés). Pero lo que sí le hizo dar varios pasos hacia detrás fue su
sorpresiva derrota ante Tito Ortiz
en julio de ese 2011. No sólo el fracaso sino la forma. Sumisión en el mismo
primer asalto.
Tito venía de no ganar desde el 2006 y, después de ese sorpresivo triunfo, ha sufrido tres descalabros
al hilo y recién se retiró tras caer ante Forrest
Griffin en el UFC 148 en Las
Vegas.
Tras esas dos derrotas, Bader tuvo que analizar en
detalle su carrera, el entrenamiento y todo lo que la rodeaba, con el objetivo
de relanzarla y volver a estar entre los protagonistas en la división de las
205 libras. Había que regresar al punto de origen. Había que volver a descubrir
a aquel prospecto que figuraba entre los mejores de su peso.
Dando un vistazo a su carrera, este peleador de 29 años,
logró ganar sus primeras 12 peleas, incluyendo sus primeras cinco en el UFC. En
su camino quedaron veteranos de gran nivel como Keith Jardine y Antonio
Rogerio Nogueira. Si a esto le sumas que su debut en el UFC fue un triunfo
en la popular serie televisiva The
Ultimate Fighter, entonces se puede entender el revuelo que iba causando su
carrera hasta el encuentro contra Jones. Las grandes expectativas que se tenían
con él eran más que justificadas.
Pero esas 2 derrotas consecutivas fueron bastante para el
joven Bader. Hasta se llegó a pensar que no era tan buen prospecto como se
pensaba. Esa es la cruda realidad de los deportes. Si pierdes, todo se te puede
venir abajo.
Sin embargo, 2 triunfos al hilo, el último sobre Quinton “Rampage” Jackson en el UFC 144, en Japón, el 25 de febrero
pasado, han encamino su carrera de nuevo. La mejor prueba es que está en la
pelea coestelar ante Machida en una cartelera que tiene lugar en televisión
abierta, en la cadena televisiva FOX.
Ahora le toca a él demostrar que puede ser uno de los
mejores en esta división. Un triunfo sobre el brasileño lo colocaría entre los
10 mejores del peso y le daría otra buena pelea inmediatamente. Así es el
deporte y así es el UFC. Mientras ganes, siempre vas a estar en un sitio
preponderante. Una realidad cruda, pero justa a la vez. Los mejores siguen
adelante; quienes no los son, tropiezan en el camino.
En su carrera deportiva, Bader ha tenido todo para ser
protagonista en el UFC. En High School ganó dos veces el
campeonato estatal y en la Universidad
Estatal de Arizona fue dos veces All
American. Es por todo esto y, por la manera en que comenzó invicto en 12
peleas, que las expectativas eran muy altas.
Si bien es cierto ya tiene dos derrotas en su carrera,
también es cierto que este deporte de las MMA
no es como el boxeo, donde te encuentras muchos boxeadores que mantienen
por mucho tiempo su record invicto y obtienen infinidad de títulos mundiales en
diferentes organizaciones.
Aquí en el UFC no
hay peleadores invictos y varias son las razones. Primero, es un deporte muy
difícil y cualquiera gana o pierde en el octágono. Otro de los motivos es que
siempre pelean los mejores con los mejores y no hay que estar esperando a que
varios promotores se pongan de acuerdo y hagan las peleas que los fanáticos
quieren ver. Además, la calidad de los peleadores es bien alta y, por ende,
cualquier cosa puede pasar.
Para Bader, esta pelea con Machida es muy importante y
podría tener implicaciones al título en poder de Jones. La pelea principal es
entre el excampeón brasileño, Mauricio
“Shogun” Rua, y Brandon Vera, es
decir, dos excampeones del UFC en acción, junto a un peleador que hasta ahora
no ha logrado sacarle el máximo a su potencial (Vera) y Bader, que espera pasar
de promesa a contendiente.
Esta es su segunda ocasión al hilo en que él es parte de
la pelea coestelar y tiene ante sí a otra leyenda, que de vencer, lo pondría,
sin dudas, en el mapa de los mejores. De hacerlo convincentemente, más aún. Y
para lograr eso, tendrá que despojarse de aquella capa que lo cubría hace unos
años y decía en letras grandes era uno de los mejores prospectos de su división
y del deporte.
El 4 de agosto,
en la ciudad de Los Angeles, Ryan Bader tendrá la posibilidad de mandarle un
mensaje al resto de los aspirantes en el peso
semipesado. Un mensaje que demuestre que ya se ha hecho un hombre adulto en
su carrera, que el jovencito ha quedado atrás y hay calidad para seguir
ascendiendo en el ranking del UFC.
El único obstáculo que tiene se llama Lyoto Machida. Casi
nada…
Ahí nos vemos.
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