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Madres peleando y ganando en UFC

¿A
quién le gustaría ver que a su mamá le pegan? La respuesta natural es que a
nadie le agradaría ver cómo alguien le pone la mano encima a quien te dio la
vida y, además, te inspira cariño, comprensión, protección y confianza. Sin embargo,
si tu mamá decide que las MMA (Artes Marciales Mixtas por sus siglas en inglés)
serían su estilo de vida y fuente de ingreso las cosas cambian. 

Cat festejando su victoriaEstamos
habituados a ver a hombres subirse al octágono y enfrentarse en tres o cinco
rounds, como sea el caso, y dar todo por el todo sin importar el dolor que
algunos golpes o sumisiones puedan significar. Miles de peleas se han realizado
en UFC desde 1993 a la fecha; no obstante, si hablamos de duelos femeninos todo
tiene un panorama distinto. El Sábado 27
de Abril
se realizó el UFC 159:
Jones vs. Sonnen
en Newark, Nueva Jersey y, en los duelos preliminares, Sara McMann y Sheila Gaff protagonizaron el tercer combate femenino de la
empresa.

El
tercer enfrentamiento de una división que, al parecer, tiene mucho futuro.
Ronda Rousey, Liz Carmouche, Cat Zingano, Miesha Tate, Sara McMann y Sheila
Gaff son las gladiadoras que han tenido la oportunidad de mostrar que están
hechas de determinación, fuerza, disciplina y, sobre todo, ganas de que no haya
distinción entre géneros, al menos en las MMA. Las peleas de mujeres no han
defraudado a nadie.

Como
es costumbre, Rousey terminó con Arm Bar a Carmouche en el primer round;
después, Zingano se repuso y le dio la voltereta al duelo ante Tate en el
tercer episodio, mientras que McMann también terminó temprano (segunda ronda)
con Gaff por TKO.

De
estas seis mujeres, dos son madres. Curiosamente, ambas están invictas. Cat
Zingano y Sara McMann tienen una motivación más para salir con la mano en alto.
No se trata de crear víctimas o heroínas, sino de resaltar la responsabilidad y
la convicción que, como muchas otras mamás, tienen estas dos peleadoras en un
medio que tradicionalmente se piensa para el sexo masculino.

Zingano
mencionó en una entrevista para el diario USA
Today
que cuando Tate la golpeaba y la mandaba a la lona, ella pensó que
eso se trataba de un insulto para ella, su familia, su entrenamiento y todo lo
que había sacrificado para llegar al UFC. Después de esto se puso de pie y se
convirtió en la primera mamá en ganar un duelo en la empresa a sus 30 años de
edad.

Sara también salió victoriosa“Ser
madre es una ventaja. Quiero hacer algo con mi vida de la que mi hijo esté
orgulloso y para que se dé cuenta la importancia de realizar algo que nos
apasiona”, comenta Cat. 

Por
otro lado está Sara McMann, quien señala que para su hija de cuatro años verla
pelear es solamente “ver a su mamá hacer lo que siempre hace”. No es algo
extraño. Es el día a día. Un trabajo como cualquier otro. Sin embargo, la
naturaleza de una madre siempre está presente: “Siempre buscamos que las
decisiones que tomamos sean las correctas. Cuando me enfrento a alguien pienso
que protejo a mi hija y entonces sale todo el poder”.

¿A
ustedes les gustaría ver a su mamá en el octágono demostrando que es una
campeona? A mí me parecería emocionante…