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La regulación de un evento: Las Comisiones Atléticas

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Cuando se habla de la regulación de un evento de Artes Marciales Mixtas pensamos
rápidamente en la labor que desempeñan las Comisiones Atléticas de los distintos estados. Estos organismos estatales, se encargan de garantizar el
espectáculo, preservando la seguridad de sus protagonistas: los
luchadores. Las Comisiones Atléticas regulan generalmente, una serie de
deportes de combate, entre ellos el boxeo, kickboxing y las artes marciales
mixtas, tanto a nivel profesional como amateur.

Cuando el deporte daba sus primeros pasos allá por
principios de los 90´s, muchas eran las preocupaciones en torno a la seguridad
de los deportistas debido a la inexistencia de una serie de directivas que
regulasen la actividad. Recordemos que en aquella época no existían las
categorías de peso y muchas de las reglas
de competencia eran implícitas entre
los atletas.

Las críticas no
tardaron en llegar y fueron duras. La mayor parte de ellas recayeron sobre el
UFC por ser la organización pionera que introdujo el concepto de Artes
Marciales Mixtas en los Estados Unidos. Para lograr que el deporte sea seguro y
socialmente aceptable, el UFC comenzó a trabajar codo a codo con las Comisiones
Atléticas de diversos estados, culminando con el primer evento sancionado por
la Comisión Atlética de Nueva Jersey bajo las nuevas “reglas unificadas” el 17 de noviembre del 2000. Las reglas
unificadas establecen, entre otras cosas, diversas categorías de peso, la utilización de guantes reglamentarios y la
prohibición de ciertos golpes que pueden llegar a causar lesiones severas en
los luchadores.

 En la actualidad, existen una serie de requisitos que los promotores deben
cumplir para poder llevar adelante un evento de Artes Marciales Mixtas. Estos
requisitos pueden llegar a variar según la comisión involucrada en la sanción
del evento, aunque existen prácticas estándar que se repiten de comisión en
comisión. Todos los participantes deberán estar matriculados por la Comisión Atlética para poder participar en una
competición de Artes Marciales Mixtas. Para ello, el promotor del evento deberá
remitir con antelación los informes
médicos
de los luchadores próximos a competir así como también la planilla
con los enfrentamientos pautados. Con esa información, la comisión evaluará si
los enfrentamientos son razonables (de acuerdo a la experiencia y récord de
ambos luchadores).

 El trabajo de un comisionado comienza mucho
antes del día de la velada. Su tarea exige gran dedicación y atención a los más mínimos detalles. Previo al pesaje, los atletas
son nuevamente sometidos a una serie de exámenes
físicos de rigor y pruebas
antidopaje
que deberán ser aprobados. En caso de que la prueba de orina de
algún luchador de positiva de alguna sustancia no permitida, ésta será
examinada nuevamente en un laboratorio. El luchador en cuestión será autorizado
a combatir y en caso de que los nuevos exámenes corroboren la presencia de
sustancias prohibidas, se evaluará la sanción
a aplicar.

Asimismo, el comisionado deberá constatar junto al
equipo médico, cuanto peso ha perdido el atleta para dar con el límite de la
categoría. Si el luchador se presenta al pesaje con sobrepeso y el médico evalúa que ya no puede perder más peso de
forma segura, el luchador deberá resignar el 20% de su bolsa (10% le
corresponde a Comisión Atlética y el otro 10% a su oponente) siempre y cuando
el rival esté dispuesto a luchar con un peleador con sobrepeso.

El comisionado deberá estar atento a las consultas de los luchadores y despejar
todas sus dudas en cuanto a las reglas
de combate, medicamentos permitidos
y preparativos previos al combate.

Horas antes del comienzo del espectáculo, el resto de
los miembros de la Comisión Atlética arriban al estadio. El equipo está
compuesto por jueces, referís, médicos e inspectores. Éstos
últimos deberán acompañar a los luchadores en todo momento desde el vestuario
hasta la jaula. En los vestuarios, supervisarán los vendajes de las manos de cada uno de los luchadores para garantizar
que el método utilizado sea uno de los autorizados por la Comisión. Una vez
terminado el vendaje, lo firmarán para evitar que sean descartados. Prestarán
suma atención para detectar el uso de sustancias
grasas sobre el cuerpo de los atletas, algo estrictamente prohibido en el
reglamento. Checarán también las cubetas de los hombres de esquina para que
ningún objeto extraño sea introducido en la jaula. Finalmente, supervisarán la
aplicación de vaselina en el rostro
de los luchadores por los “cutmen” autorizados, la presencia de protección
bucal e inguinal, guantes y uñas en caso de hallar algún elemento que pueda
ocasionar un corte. Mientras tanto, los referís despejan las últimas dudas de
los luchadores en el vestuario y se preparan para dar inicio a las
hostilidades.

Los jueces toman su lugar y los médicos aguardan
expectantes en caso de que el árbitro de turno juzgue que su intervención es
necesaria para chequear algún corte
o lesión. El referí puede detener el desarrollo de una pelea en cualquier
momento y solicitar la entrada del médico para que examine a un luchador. Su evaluación
médica
es fundamental para el referí que evaluará si continuar o no con el
combate.

El trabajo no termina con la culminación de los
combates. Los médicos acompañados por los comisionados, brindarán asistencia a
aquellos que la requieran y evaluarán las lesiones de los luchadores. En caso
de ser necesario, cocerán las
heridas y completarán sus planillas de evaluación médica para más tarde, dar a
conocer el tiempo de suspensión médica que se aplicará a cada uno de los deportistas.

Una vez completado el protocolo, empacan sus
pertenencias y se alistan para otra misión. Esta es la tarea silenciosa de los hombres que preservan la seguridad de nuestros
ídolos.