
Free Fight
Agitación, náuseas, transpiración, aumento de la frecuencia cardiaca, vómitos, falta de aliento, son síntomas que pueden afectar a un luchador que hace su debut en las artes marciales mixtas. Manifestaciones físicas que dan prueba de la extraordinaria influencia de nuestra mente sobre nuestro cuerpo
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Existe una interminable discusión acerca de la importancia de lo mental en un combate y la preeminencia de la mente sobre la capacidad física. Leyendas del octágono como Bas Rutten, Tito Ortiz o Tim Sylvia han expresado en diversas oportunidades que pelear es 90% mental y 10% físico. Si bien es imposible comprobar la veracidad de esta afirmación, lo cierto es que la mayoría de los luchadores asignan un rol fundamental a la preparación psicológica para un combate. En los últimos años, con la hiper profesionalización de las artes marciales mixtas, los luchadores han adquirido habilidades en todas las disciplinas. Hemos escuchado en infinidad de ocasiones la frase ¨para pelear en el octágono hay que saber hacerlo todo¨. Hoy en día, tenemos a luchadores con una base en una determinada disciplina, pero con conocimientos de todas ellas. En la actualidad, las Artes Marciales Mixtas son una sola disciplina. En esta situación de virtual empate entre todos los competidores, la fortaleza mental toma un rol determinante.
Pero la pregunta que nos hacemos es ¿se puede entrenar para ser más duro? ¿podemos entrenar nuestra mente? Muhammad Ali, el más grande boxeador de todos los tiempos decía lo siguiente “Los campeones no se hacen en los gimnasios. Los campeones nacen desde algo que se tiene bien adentro, un deseo, un sueño, una visión”.
Así como cada individuo es diferente, cada luchador también lo es. Existen aquellos que requieren ser motivados para sacar lo mejor de sí mismos, otros que necesitan odiar a su oponente para exteriorizar toda su ira, mientras que algunos visualizan en su cabeza cada posible escenario que puede plantearse en el combate para no dejar nada librado al azar.
Lo cierto es que difícilmente podamos recrear una situación de lucha real como la que sucede dentro del octágono. Lo que sí podemos entrenar es la capacidad de resistir en situaciones adversas, tratando de recrear posibles escenarios que pueden llegar a presentarse en un combate. Esto es comparable con el entrenamiento militar. Si bien es imposible recrear un escenario de guerra con todos sus peligros, ya que implicaría un riesgo demasiado grande para la integridad física de los combatientes, se entrena en determinados ejercicios para acostumbrarse a situaciones de extrema privación, máximo stress e incomodidades propias de un escenario de guerra.
Dicho esto, podemos llegar a entender un poco mejor por qué los luchadores siempre explican que la parte más complicada es el entrenamiento. Es allí donde fuerzan su cuerpo y mente al punto de quiebre para conocer cuáles son sus límites y lograr sobrepasarlos. Como dijera el famoso general chino, Sun Tzu “deberás conocer bien a tu enemigo, pero tendrás que conocerte mejor a ti”.