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La experiencia olímpica de Daniel Cormier

Estos días de festividades olímpicas en Londres nos recuerdan a los peleadores
de Artes Marciales Mixtas (MMA por sus
siglas en inglés)
que han participado en las Olimpiadas y que han usado
estos eventos como el mejor trampolín en sus carreras deportivas.

Uno de estos atletas es el campeón del Grand Prix de peso pesado de Strikeforce, Daniel Cormier, uno de los luchadores más destacados en la historia
de este deporte en Estados Unidos.

Cormier se empezó a destacar en lucha libre olímpica en High
School
, donde terminó con marca de 101-9 y fue tres veces campeón del
estado de Luisiana, donde también
fue All American. De ahí pasó al
Colby Community College, donde se coronó campeón a nivel junior college en dos ocasiones y después se transfirió a una de
las mejores instituciones para la lucha olímpica, la Universidad Estatal de Arizona, para lograr terminar en segundo
lugar en las competencias nacionales.

Tras esta experiencia universitaria, Daniel fue parte de
cinco equipos estadounidenses de lucha libre
olímpica y sus logros siguieron acumulándose. Campeón panamericano en el 2002 y campeón en los Juegos Panamericanos del 2003. Medalla
de bronce en los Panamericanos del 2007
y en el Campeonato Mundial de este
mismo año. Las medallas parecían que buscaban el cuello de este gran luchador.

Es necesario señalar que además de representar a su país
internacionalmente, Cormier logró ganar los campeonatos nacionales de su país
impresionantemente por cinco años seguidos, del 2003 al 2008.

En el 2004 tuvo lugar su experiencia olímpica en los
Juegos Olímpicos de Atenas y ahí
logró un decoroso cuarto puesto,
cayendo en las semifinales ante el legendario luchador ruso  Khajimurad Gatsalov, probablemente el
mejor de todos los tiempos en la división pesada. Este fue el único obstáculo
que pudo detener el joven Cormier en su camino a una medalla olímpica, la más
preciada para todos de cualquier torneo.

En el 2008
también clasificó a los Juegos Olímpicos de Beijing, pero una enfermedad en sus riñones le impidió participar.
A pesar de eso, sus compañeros lo nombraron capitán y pudo ir como parte del
equipo americano.

Tras esta tremenda experiencia amateur, el nativo de Lafayette
decidió dar el paso hacia las MMA y
comenzó su carrera en el 2009 y en
su camino no ha conocido la derrota en diez combates.

Su llegada al Grand Prix de Strikeforce fue como
sustituto y él aprovechó al máximo su oportunidad en el torneo que comenzaron Alistair Overeem, Fabricio Werdum, Fedor Emelianenko, Josh Barnett y Antonio Silva. Su debut fue ante Jeff
Monson y lo venció por decisión unánime de los jueces. Después vino su pelea
con el veterano brasileño Antonio “Big Foot” Silva y aquí dio la primera
sorpresa al noquearlo en el mismo primer asalto. La final la efectuó ante el
veteranísimo de mil batallas, Josh Barnett, y aunque no pudo noquearlo, sí  se llevó la decisión unánime de los jueces,
para ganar el Grand Prix. Esta
victoria también lo coronó como el campeón pesado de Strikeforce, tras el paso al UFC
de Overeem.

Vaya final que tuvo Cormier, después de que ni era parte
del grupo inicial de competidores. Es increíble que él no hubiese comenzado el
torneo y que ese 19 de mayo en San
José, California, se estuviera coronando como el campeón. Todo le iba sucediendo de manera ascendente y rápida, como
su experiencia olímpica.

Las puertas estaban abiertas de par en para seguir su
carrera en el peso pesado de las MMA
y ahora sólo quedaba seguir trabajando duro para ganar las peleas que vinieran
de ahí en adelante. De hecho, para su último combate en Strikeforce, ya se
anunció que su rival va a ser el cubanoamericano Frank Mir, dos veces campeón del UFC. Casi nada.

Pero tras la experiencia adquirida en su carrera amateur
y en su paso por la cita olímpica de Atenas, estoy seguro que ya ningún
escenario le asombra a este joven que busca ahora sumar el preciado título del
UFC. Y para eso entrena en uno de los mejores gimnasios de MMA, el de AKA en San
José, California, donde tiene como compañero nada más y nada menos que al
excampeón mexicano Caín Velásquez.

El camino ha sido largo, desde aquel momento en que
empezaba a brillar en High School,
pero los éxitos han sido inmensos, lo que justifica todo lo el trabajo que él
ha tenido que hacer en el gimnasio, los días llenos de sangre, sudor, lesiones
y lágrimas, para lograr la gloria en la lucha
olímpica
. Esa misma que él acarició en Atenas en el 2004.

Ahora, el objetivo es el cinturón que posee el brasileño Junior dos Santos, pero primero hay que
terminar su carrera en Strikeforce y el oponente que le han buscado es uno de
los mejores en su peso, en la actualidad y en toda su historia. Mir acaba de
perder ante Dos Santos en una pelea titular el pasado 26 de mayo en el UFC 146.

Pero Cormier está confiado en sus habilidades y su
preparación y dijo que Mir es el mejor rival que le podía tocar. Bueno, eso lo
veremos en el octágono en algún momento este otoño, pero de lo que sí estoy
seguro es que cuando mencionen su nombre para la audiencia en la arena y los
millones de personas que van a ver esta pelea, no hay dudas que él se va a
sentir orgulloso de todo lo que ha logrado en tan poco tiempo y también muy confiado
en su capacidad deportiva.

Y todo comenzó con su experiencia olímpica, la cual lo
curtió y le dio la fuerza y la sabiduría para seguir adelante en esta difícil
carrera de las MMA, donde los
puestos y las oportunidades no son muchas y donde están los mejores de todas
las disciplinas de combate.

Su camino al UFC
parece que ya está seguro, gane o pierda con Mir. Sus triunfos le han
garantizado esa transición al lugar donde está la crema y nata de las MMA y donde lo esperan Dos Santos,
Caín, Overeem y muchos más, los cuales deben estar muy motivados para
enfrentarse a este exluchador olímpico, que por estos días debe estar
recordando sus momentos en Atenas,
reviviendo su experiencia de hace ocho años.

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