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El color de UFC Río 3

El ambiente vivido en UFC Río 3 fue tan bueno como las acciones vividas dentro del Octágono la noche del sábado pasado.

Alrededor
de las diez de la noche, el HSBC Arena tembló como si lo sacudiera un
terremoto. Eran veinticuatro mil pies zapateando al unísono, cuando en el
tercer round de la cuarta pelea preliminar, el brasileño Diego Brandao, invitaba a estadounidense Joey Gambino a ponerse
de pie para seguir intercambiando golpes. Y la noche recién estaba comenzando.

Arianny Celeste dando vuelta al Octágono de RíoSi
de público apasionado se trata, pocos podrán ganarle al de Río. Aplaudieron a
todos los brasileños, abuchearon a todos los extranjeros y silvaron como locos
cada vez que Arianny Celeste pasó
con sus carteles. Pero el terremoto de Brandao no fue el único fenómeno
meteorológico humano de la noche. Cuando Gleison
Tibau
, que no peleaba desde hacía casi un año (cuando perdió contra Khabib Nurmagomedov) terminó un segundo
round muy duro, contra Francisco
Trinaldo
, se armó una ola. Pero cuando trece mil personas levantan los
brazos sincronizados, más que una ola se trata de un tsunami.

Jason caminando hacia el octágonoTibau
Ganó 29 a 28 y la gente se alegró, pero el más ovacionado de las preliminares
fue Ronny Jason, el primer miembro
del Team Nogueira que subió al octágono. Caracterizado como es su costumbre y
apodo por el villano de la película Viernes
13
, Jason tiene su propio ejército de fanáticos quienes igual llevan
máscaras para apoyarlo. Y aunque este UFC no fue viernes sino sábado, el número
13 sin duda fue de buena suerte para él, pues ganó bono al KO de la Noche.

Cuando
inició la música de presentación de la cartelera principal todos los corazones
se aceleraron. Y el arranque no pudo ser mejor, con Demian Maia volviendo a ser el artista del jiujitsu que Brasil
tanto ama, sometiendo imparable en su segunda pelea en peso Welter al duro
wrestler americano Rick Story a la
mitad exacta del primer round.

La
segunda pelea del PPV fue el cruce entre Phil
Davis
y Wagner Prado había
quedado sin decisión en Agosto por un dedo en el ojo, pero Mr. Wonderfull no
dejó dudas de su superioridad y Wagner y Brasil debieron asimilar la primera
derrota local de la cartelera principal. En el comienzo del enfrentamiento
entre Silva y Fitch se repitieron los abucheos contra el representante del norte.
Además del obvio favoritismo local, al público brasileño parece molestarle el
estilo de algunos wrestlers de pegarse cuerpo a cuerpo sin golpear ni buscar
sumisión. Pero al segundo round la acción se aceleró. Silva cerró la estrangulación
trasera, Fitch soportó y pudo dar vuelta la historia. En el tercero Silva
encajó la guillotina y Fitch volvió a resistir, con un coraje que merecía que
el público olvidara el nacionalismo y lo alentara a él (quien parecía tener
alguna vía respiratoria oculta fuera del cuello). La pelea terminó con un Indio
Silva agotado resistiendo quizá por su juventud un incesante golpeo de un Fitch
quien fue más. Pero ambos ganaron algo: el premio a la Pelea de la noche.

Silva entrando a la ArenaLlegó Glover
Teixeira
vs Fabio Maldonado, ¿a quién
alentaría Río? Maldonado entró con “Eye of the Tiger” el tema de Rocky. Y como
si quisiera recrear la película, resistió más golpes de los que uno creería
posible, al final al apoyo de la gente fue para ambos por mostrar ser
verdaderos guerreros.

Luego el momento que muchos de los presentes más
esperaban: Jiu Jitsu contra Anti Jiu Jitsu. Quien ganó 20 peleas por sumisión
contra quien nunca fue sometido, la leyenda y héroe local Minotauro Nogueira contra Dave
Herman
. Las luces se apagan, suena el hit en portugués del brasileño Michel
Telo y al ritmo de “Nosa, nosa, así vocé me mata”, entra ¡Dave Herman! El
siempre provocador norteamericano parecía querer burlarse de todo Brasil o
quizá no ser tan atacado, pero logró lo contrario y sin duda ganó el premio al
más abucheado de la noche. A pesar de sus declaraciones Herman mostró que
entiende bastante de jiujitsu por la forma en que defendió la llave Americana y
el armbar (palanca al codo) que Nogueira aplicó en el primer round, pero no lo
suficiente para pararla de nuevo en el segundo. El norteamericano se rindió y
el publico vociferó como nunca: “Jiu Jitsu, Jiu Jitsu”.

Y así llegamos a la estelar, cuando todo el estadio
acompañó a Bruce Buffer con su “It´s time”. Anderson jugó con Bonnar, no perdió
ni un instante su tranquilidad, no mostró agresividad, se quedó apoyado contra
la reja esperando el momento, dejando que Bonnar se lance como un toro enceguecido.
Hizo gestos de “ténganme paciencia” hasta encontrar el error. Y cuando vio su
oportunidad, actuó: conectó un rodillazo al cuerpo y el durísimo desafiante
cayó.

“No soy el mejor, solo hago cosas que la gente
piensa que son imposibles.” Dijo Silva, cerrando una noche imposible de olvidar.