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Desde el octágono: Jorge Rivera, el veterano de mil batallas

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Con sangre latina corriendo por sus venas y un estilo que pocos tienen: Actitud ofensiva y ganas de salir a noquear al rival con la fuerza de sus puños. En sus últimos dos combates ha demostrado esa vocación por el ataque terminando a los dos oponentes y ahora busca dar un salto aún más grande en su carrera. Jorge “El conquistador” Rivera, uno de los competidores por los que los fanáticos de las MMA pagan una entrada.

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Con su primera experiencia dentro del octágono allá por el 2004 ante David Loiseau llama poderosamente la atención que el sábado 13 de noviembre tenga su primera oportunidad de co estelarizar un PPV. Será frente al italiano Alessio Sakara, en lo que promete ser una guerra a puro intercambio de golpes.
 
“Con Sakara tenemos la obligación de dar un combate excelente. Somos peleadores muy parecidos así que supongo que nos quedaremos tirando golpes hasta que uno de los dos caiga. Pero, de ser necesario, puede llevarlo al piso, creo que allí tengo ventajas”, comenta Rivera.
 
Pelear con gente de la talla de Anderson Silva, Rich Franklin, Chris Leben y Martin Kampmann, ha generado una gran admiración en todos los peleadores que tienen que enfrentarlo y Rivera sabe que es bueno haber tenido tantas batallas frente a rivales tan importantes.
 
“Es muy importante que, con los años, uno llegue a donde quiere con su carrera y que los demás te miren, te saluden y, sobre todo, te respeten por lo que eres capaz de hacer”, reconoce el pelador de 38 años.
 
Mientras tanto comenta cómo ha sido su preparación para una de las peleas más importantes de su carrera.
 
“Siento que, desde hace un tiempo, los campos de entrenamiento han ido mejorado notoriamente uno tras otro. Tengo gente alrededor que se interesa mucho por lo que hago y dejan todo para enseñarme y ayudarme con todo lo que necesito. En estos últimos tiempos no sólo crecí como peleador, también lo hice como persona y eso se lo debo a todos los que estuvieron allí al lado mío cuando más los necesitaba”, agradece.
 
Y continúa dando a conocer sus sensaciones a la hora de ingresar a pelear: “Me siento más rápido y más fuerte y creo que puedo envolver a cualquiera en el ritmo que yo necesito. Si lo hago, ellos se meterán en mi pelea y ahí es donde yo saldré ganando”.
 
Hace pocos días se conoció la notica de que Nate Quarry, último rival de Rivera, está afrontando una cirugía de reconstrucción facial y podría abandonar las artes marciales mixtas. Jorge hace una reflexión con respecto a ese problema que sufre su colega.
 
“Si yo tuviera que hacerme esa cirugía, me retiraría y me quedaría en mi casa trabajando por mis hijos. Es un gran peleador y una gran persona, espero que sepa tomar la decisión que crea adecuada”, concluye.
 
Seis años de carrera en UFC no los tiene cualquiera, pocos pueden tolerar el ritmo de los combates y, sólo los privilegiados, consiguen el cinturón. Esa es la única meta que le falta a Jorge Rivera, el veterano de mil batallas que pelea por la hija que tiene tatuada en el corazón y que un día el destino decidió quitarle.