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Dana White: Un visionario

¿Les gustaría estar en los zapatos de Dana White? ¿Están
dispuestos a hacer los sacrificios que ello implica? Si es así, apriétense los
cinturones y prepárense para el viaje más emocionante de sus vidas. Dana White,
es en la actualidad, uno de los hombres más influyentes del deporte y
presidente de una franquicia sinónimo de Artes Marciales Mixtas (MMA), el UFC. White ha sacado al deporte de las
penumbras y le ha dado brillo propio gracias a una aguda visión y un esfuerzo
titánico por convertir a las MMA en un deporte de masas. 

El presidente
del UFC
es un hombre con una filosofía práctica, un adicto al empleo que lo
obsesiona, totalmente entregado al deporte que lo convirtió en una figura
pública de trascendencia, tanto como a sus gladiadores que entretienen al
público sábado a sábado.

En once años como presidente del UFC, Dana White sólo
ha faltado a un evento, por razones de salud. Dana recorre el mundo en jets
privados y ha llegado a estar en tres continentes en la misma cantidad de días.
Las pocas horas de sueño no parecen ser un problema para él:

“Duermo aproximadamente de tres a seis horas por día.
Lo bueno de mí es que no requiero demasiado tiempo de sueño. No me gusta
dormir. A decir verdad me molesta. Me despierto mucho. La razón por la cual el
UFC no crece aún más es porque no hay suficiente tiempo y la gente tiene que dormir”
afirma.

Pese a su atareada agenda, Dana ocupa su escaso tiempo
libre disfrutando con su familia en Las Vegas: “Los fines de semana que no
tenemos evento están ciento por ciento dedicados a mis hijos.  Desde que
llego el viernes a la noche hasta el lunes a la mañana la paso con ellos”,
explica este dedicado padre de tres hijos.

White se codea en la primera fila de sus shows con
algunas de las máximas celebridades de Hollywood que comparten su pasión por
las MMA como Snoop Dog, 50 Cent, Mike Tyson, Mandy Moore o Kevin James y
siempre se hace unos minutos para compartir su tiempo con los aficionados a
través de la firma de autógrafos o regalando boletos para los eventos. Dana se
siente un aficionado más y lo vive de esa manera en la previa a cada uno de los
shows.

Dana White nació en Manchester, Connecticut pero pasó
la mayor parte de su niñez en Massachussetts y Las Vegas. Allí creció admirando
las más grandes marquesinas del pugilismo mundial y hasta alguna vez se animó a
soñar con protagonizar alguna de aquellas veladas boxísticas. Su sueño se fue
esfumando con el tiempo, pero su amor por los deportes de combate fue en
ascenso.

Cansado de trabajar en relación de dependencia, Dana
decidió incursionar en el management deportivo. Allí conoció y comenzó a
moldear los destinos de a dos futuros integrantes del Salón de la Fama del UFC: Tito Ortiz y Chuck Liddell. Sus vínculos con el mundo de los deportes de combate
y su acabado conocimiento del negocio lo llevaron a vislumbrar un futuro para
la entonces deficitaria UFC. Dana necesitaba
un financista para concretar su proyecto y decidió persuadir a un viejo amigo del
colegio, el magnate de los Casinos de Las Vegas, Lorenzo Fertitta, en lo que parecía una inversión arriesgada:

“Todos éramos tipos del boxeo y pensábamos que el UFC
era un chiste. Yo creía que esos hombres no serían rivales para un buen
boxeador” admitió White en una de sus entrevistas. 

El jiu-jitsu cambiaría
su percepción y prejuicios sobre las Artes Marciales Mixtas, hasta entonces no
reguladas. Los hermanos Fertitta y Dana comenzaron a tomar clases de “arte
suave” con uno de los primeros cinturones negros de la disciplina en los
Estados Unidos, John Lewis. El jiu-jitsu
despertó una fascinación en White y los hermanos Fertitta y es en gran parte
responsable de la evolución del deporte de la mano del UFC: “El jiu-jitsu
cambió mi vida. Nos abrió los ojos a un nuevo mundo”, admitió Dana.

Los primeros años del UFC bajo el auspicio de Zuffa LLC no fueron para nada alentadores. La visión de sus nuevos
dueños, decididos a no abandonar el proyecto, fue esencial para mantener a
flote a esta auténtica “mina de oro en potencia”. Años más tarde, la decisión
parece haber sido la correcta. El UFC es una franquicia valuada en miles de
millones de dólares.

En octubre del 2010, Dana fue invitado por la Oxford Union Society, una prestigiosa sociedad de
debate, previo a uno de los eventos del UFC en Inglaterra. Allí, desde el
estrado, se dirigió a todos sus oyentes con un consejo muy valioso que
seguramente haya hecho reflexionar a más de uno:

“Toma cualquier cosa que quieras hacer y hazlo gratis
si es necesario. Sólo encuentra la forma de hacerlo. Lo peor que te puede pasar
es que tengas que volver a tu antiguo empleo, algo que de todas formas ya haz
experimentado”.