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Curiosidades Del Octágono: Lesiones más frecuentes en MMA

Si
entrenas Artes Marciales Mixtas (MMA
por sus siglas en inglés) seguramente hayas escuchado o conocido a alguien que tiene
una oreja de coliflor o que sufrió
una infección por estafilococo. Éstas
son dos de las afecciones más comunes que afectan a los competidores de este
deporte. Los atletas no sólo deben luchar contra sus oponentes sino también
contra las lesiones que perturban su preparación.  

Forrest GriffinEl
seguidor de las MMA seguramente recordará, allá por el año 2008, aquel combate
entre Kimbo Slice y James Thompson en la difunta EliteXC. Kimbo, un ex luchador
callejero quien tendría un fugaz paso por el UFC, enfrentaba al británico
Thompson, un veterano trotamundos de las MMA. Lo más recordado de aquel combate
fue la escena dantesca provocada por un corte en la oreja de coliflor de
Thompson que sangró más de la cuenta y obligó al referí Yves Lavigne a detener
el combate debido a la excesiva cantidad de plasma derramado. Dicha escena pudo
haberse evitado si Thompson hubiese drenado su oreja a su debido tiempo en vez
de subir a la jaula con esa grotesca inflamación.

La
llamada “oreja de coliflor” es una deformidad adquirida en el oído externo, por
lo general producto de uno o varios golpes. Cuando se lesiona el cartílago por
un trauma o una inflamación, el flujo de sangre a la piel se ve perturbado,
formándose una bolsa de sangre llamada hematoma. A medida que la lesión
cicatriza, la oreja puede arrugarse o doblarse sobre sí misma. Su apariencia y
color pálido es similar a la de un coliflor, de allí surge el nombre. Los
deportistas de combate son susceptibles a este tipo de lesiones ya que se
encuentran continuamente expuestos a los golpes en aquella zona.

Algunos
jóvenes desean tener su primera oreja de coliflor como una especie de bautismo
de fuego. Una marca con la que, según admiten, ganarán el respeto de sus pares:

“Es
la oreja de un hombre. Cuando tienes una oreja de coliflor ya eres un verdadero
hombre” explica Nisar Loynab, un muchacho de 15 años y practicante de
jiu-jitsu.

La
mejor forma para evitar la deformación de la oreja es utilizar cascos de
protección para evitar los golpes directos a esa zona. En caso de formarse el
hematoma, éste deberá ser drenado por un especialista para evitar infecciones y
la deformidad permanente en la oreja.

Las
infecciones de origen bacterianas también son moneda corriente en este deporte
ya que sus practicantes se encuentran constantemente expuestos a sudor, sangre,
heridas abiertas y paños sucios. Al ser un deporte de contacto practicado con
la piel expuesta, las posibilidades de contagio se multiplican.

La
infecciones han causado estragos y cancelaciones a último minuto de varios
encuentros, incluso dejando al margen a varios nombres importantes como Ken Shamrock, Kevin Randleman y Forrest
Griffin
. Las heridas provocadas por las infecciones por estafilococo pueden
ser tan profundas que, en ocasiones, dejan expuestos los tejidos y hasta
secciones óseas. Las heridas más graves requieren desbridamiento quirúrgico,
esto es, la extracción del tejido dañado.

Muhammed Lawal, ex campeón
semicompleto de Strikeforce, sufrió
una severa infección bacterial a principios de este año. “King Mo” fue operado
cinco veces en doce días para recuperar la zona afectada:

“En
un momento podía ver el hueso de mi cadera. Miraba mi pierna y parecía como uno
de esos zombis de la película –The Walking Dead-. Así de mal se veía. Estaba
cansado de todo, con ganas de dejar la medicina y si moría, moría” relataba
Lawal sobre su estado de padecimiento.

La
única solución para prevenir y evitar la propagación de las infecciones de
origen bacteriano es mejorar la higiene personal y del gimnasio o sitio de
entrenamiento. Algunas medidas que pueden tomarse para mejorar la salubridad
general son: limpiar constantemente el tatami luego de cada entrenamiento,
utilizar jabones antibacteriales para el aseo personal, cubrir las heridas y
abstenerse de pisar el gimnasio ante síntomas o ronchas que puedan estar
relacionadas con una infección bacterial.