Cole Escovedo: Una segunda oportunidad en la vida

Escovedo es apodado el ¨Niño Apache¨ por llevar la sangre de estos grupos nativos originarios
del sud oeste de los Estados Unidos. Este hijo de inmigrantes mexicanos ha
tenido un infancia difícil dada la carencia de la figura paterna en el seno de
su hogar. Cuando Cole tenía apenas doce años, su padre fue sentenciado a
prisión por ser hallado culpable por los delitos de secuestro y violación:

¨Este año cumpliré treinta, mi padre ha estado en prisión más de la mitad de mi vida y
seguramente, por desgracia, estará allí hasta que muera.¨

A los diecisiete años de edad, la vida lo pondría a
prueba nuevamente al ser intervenido quirúrgicamente
para corregir una arritmia cardíaca. Afortunadamente la intervención fue un
éxito y Cole pudo retomar sus actividades normales. Pese a los obstáculos que
ha encontrado en el camino, Escovedo nunca ha sentido pena por sí mismo ni se
ha rendido sin dar batalla:

¨A veces suceden cosas malas, así es la vida. Si cada vez
que surge una adversidad, desisto o me rindo, seguramente ya lo hubiese hecho¨.

El oriundo de Fresno, California fue una de las primeras
figuras en surgir de la World Extreme Cagefighting (WEC). Cole pasó de ser un especialista en el jiu-jitsu a un
peleador completo participando en competencias alrededor del mundo. Escovedo ha
manifestado en más de una oportunidad su deseo de participar en la decimocuarta
temporada del reality show ¨The Ultimate Fighter¨ aunque lamentablemente, no ha
podido estar presente en los procesos de selección que tuvieron lugar en Nueva
Jersey:

¨No tenía el dinero
para volar a Nueva Jersey. Tengo una familia acá que debo mantener y no tenía
el dinero para el ticket de avión y hotel, además en estos tiempos, los
sponsors  escasean. Envié mi aplicación e
hice todo lo que estuvo a mi alcance.¨

Esta no es la primera oportunidad en que Escovedo ha
intentando participar de ¨The Ultimate Fighter¨. En la quinta temporada del
reality show, el mexicano-americano fue seleccionado como suplente pero tuvo que desistir por padecer una severa infección por estafilococos que casi le
cuesta la vida. Todo comenzó en el año 2006 cuando notó una pequeña roncha en
su antebrazo izquierdo que más tarde se convertiría en una gran hinchazón.
Luego de varios diagnósticos erróneos y al empeorar notablemente el cuadro,
Cole tomó la decisión de operarse. Los antibióticos no surgían efecto, ya no
podía orinar por sus propios medios y sus extremidades dejaron de responder.
Más tarde, las tomografías revelarían un bloqueo en la médula espinal que debía ser extirpado. Escovedo había sido
afectado por una bacteria que estaba alimentándose de su médula espinal como un
parásito. El neurocirujano estaba convencido que Cole necesitaría una silla de
ruedas para movilizarse de ahora en más.

Contrario a cualquier pronóstico, el guerrero apache
mostró una notable evolución y recobró todas sus funciones vitales, retomando
su entrenamiento luego de un largo período de recuperación. Su historia es la
de un verdadero luchador de la vida.